Emociones no resueltas

Hace un tiempo vino una mujer a terapia. Sus familiares le decían que tenía que dejar de estar triste: “No queremos verte así”. Ella se esforzaba todo lo posible por sonreír, pero cada vez le costaba más esfuerzo.
Desde el minuto cero empezó a llorar, mientras relataba entre suspiros y dolor una vida llena de maltrato recibido. Y una vida llena de culpa. Descubrió episodios de cuando era niña, que ni siquiera recordaba con detalle. Más de 4 horas de permitirse sacar todas esas emociones que había retenido dentro de ella durante tantísimo tiempo.
Logró entender el origen de su “depresión” y empezó a sanar. Volvió al mes y ya no lo hizo más. Pero me mandó un wasap…
“Querida Fina. No sé como agradecerte lo que has hecho por mí. Mi vida ha cambiado y me encuentro con fuerzas para ser feliz. Gracias. Eres un ángel”.
Yo le contesté: “Querida amiga. Solo tú has sido la protagonista de tu mejoría. Tú has sido la que has hecho todo el trabajo. Yo solo te he acompañado en ese viaje tan doloroso y sanador. Has demostrado ser muy valiente por enfrentarte y superar el dolor de tu alma herida. Gracias por compartirlo conmigo”.

El expresar nuestros sentimientos en voz alta, sin rabia, ni ira, ni queja…, tan solo expresarlos cuando alguien nos pregunta, es un alivio para el corazón. Es una sanación para el alma. Es una señal de complicidad. Es sinceridad. Es darle al otro la capacidad de poder ayudar.

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Permitamos que los demás se expresen. Ofrezcamos nuestro apoyo a quien tan solo relata un hecho. Y después démosle una razón para reír. O un ejercicio para practicar, o le aconsejamos una terapia emocional, o lo que se nos ocurra que le pueda venir bien. Desde el entendimiento del que ha abierto su corazón al dolor de los demás.
El expresar un hecho no es hacer un mandato. No es decretar. Tan solo es expresar un hecho. y eso no proyecta energía, y por lo tanto, no crea. Otra cosa es el trabajo que se hace en terapia, en el que sí tienen que sacar toda la emoción con toda su carga energética pues el terapeuta sabe como manejarlo.
Me tropiezo continuamente estos casos y el mero hecho de escucharles obra maravillas.
Pero no confundamos el expresar un hecho, a estar todo el día castigándonos con nuestras palabras. Esta mujer, en su culpabilidad, se pasaba el día reforzando su negatividad en su mente, con su pensamiento.
Sin embargo, en el momento en que sacó su dolor, pudo entender lo que le pasaba y aplicar las herramientas que están al alcance de todos, su mente empezó a generar pensamientos en positivo. Ya había desbloqueado sus emociones y empezó a permitirse vivir en paz y armonía.
Equilibrio, queridos amigos. Todo ha de estar en equilibrio y nosotros debemos trabajar por llegar a ello. ¿Cómo? Lee, estudia, medita, respira, entiende, saca tus emociones sin agredir a nadie, sin culpabilizar ni culpabilizarte… trabaja en tu interior.
Con todo mi cariño.
Sé feliz.
Fina Navarro
4/01/2018

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